„El mundo necesita más artistas“

In memoriam Chick Corea

por Jan Reinelt (05.03.2021)

Chick Corea, uno de los más grandes pianistas de jazz, ha dejado para siempre los escenarios del mundo a la edad de 79 años. El compositor y músico Jan Reinelt describe para el Stretta Journal la importancia de este brillante improvisador para el mundo de la música y para él personalmente.

Inicios con Miles Davis

Este virtuoso del piano, descendiente de inmigrantes italianos y españoles, nació el 12 de junio de 1941 en la pequeña localidad de Chelsea, en el estado norteamericano de Massachusetts. Como su padre era trompetista y dirigía una banda de Dixieland, Chick entró en contacto con el jazz a una edad muy temprana y él mismo se sentó al piano a los cuatro años.

A los ocho años empezó a tocar la batería, pero el piano fue su gran amor desde el principio y lo seguiría siendo el resto de su vida. O, para ser más precisos: todo tipo de instrumentos de teclado.

Así, a finales de los 60 comenzó a experimentar en la banda de Miles Davis con el Fender Rhodes (un piano eléctrico) y a partir de entonces desarrolló cada vez más su propio sonido, especialmente con instrumentos electrónicos como teclados y sintetizadores.

Por cierto, su primera actuación con el Quinteto de Miles Davis fue una casualidad, ya que su teclista de entonces Herbie Hancock estaba en cama con una intoxicación alimentaria y, por lo tanto, no pudo tocar, como cuenta Corea en un Interview. A partir de entonces, formó parte de la formación habitual de la banda y grabó los álbumes de estudio Filles de Killimanjaro, In a Silent Way y Bitches Brew en los dos años siguientes.

Jazz + Rock = Fusion

Pero la mente creativa, rebosante de nuevas ideas, pronto dejó de estar con Miles Davis y abandonó la banda para fundar su propia formación. La llamó Return to Forever, que fue también el nombre del álbum de debut.

La música que se escucha en él se describe como fusión, una mezcla de estilos de jazz y rock, y el álbum se considera un clásico de este género. Los dos títulos "Sometimes Ago" y „La Fiesta“, sin embargo, también revelan la pasión de Corea por la música latinoamericana y española, que expresó vívidamente en su doble álbum My Spanish Heart publicado en 1976.

Quizá de ahí le venga el afán por el juego rítmico, que presenta de forma impresionante en muchas de sus composiciones e improvisaciones.

Cruce de fronteras

El ganador de 23 Grammy no conocía fronteras musicales. Le interesaba mucho la música clásica y era un gran admirador de Mozart. Sobre todo, el talento de Mozart para la improvisación -una habilidad que se consideraba esencial para un compositor en el siglo XVIII- era admirado por Chick Corea y le conectaba aún más con el creativo maestro clásico.

En seinem Blog se puede leer que el concierto para piano y orquesta no. 24 c-Moll de Mozart era una de sus piezas clásicas favoritas, motivo por el cual la interpretó en algunos conciertos del "Año Mozart de Viena 2006".

En su último mensaje, en el que da las gracias, entre otros, a sus compañeros de siempre, también hace un llamamiento a sus fans y a los creadores de música de todo el mundo para que nunca dejen que se apague el fuego musical.

„No es solo que el mundo necesite más artistas, sino que además es muy divertido.“

Se puede decir más alto, pero no más claro.

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