Sonata op. 45

Al escribir esta Sonata para violín o flauta y guitarra he pretendido utilizar un lenguaje permanentemente «concertante», en el que la guitarra se exprese armónica y melódicamente sin caer en los reiterativos diseños «de acompañamiento» con los que a menudo ha venido participando de la música de cámara.

El guitarrista que profundice en el estudio de esta obra, encontrará una escritura variada en formulaciones que asumen protagonismo o complementariedad frente al discurso del instrumento melódico y que consiguen a la vez, una fusión entre ambos que se yergue como elemento constitutivo e ineludible.

Con esta obra quisiera sumarme a los múltiples homenajes que con motivo del segundo centenario del nacimiento de F. Schubert se le brinda este año. Para ello, he utilizado, como elemento melódico introductor del violín o la flauta, un breve motivo extraído de una de sus más célebres canciones: Du bist die Ruh.

Para la revisión de las partes de violín o flauta he contado con la colaboración de dos extraordinarios instrumentistas a quienes deseo dejar constancia de mi agradecimiento: Núria Tauler (flauta) y Joseph M. Alpiste (violín).