Trio

Sin duda, la obra de cámara más importante escrita por Malats —y una de sus cumbres a nivel de creación musical— es su Trío para violín, violonchelo y piano en Si bemol. Fue escrito en 1898, año de su estreno en el Ateneo de Madrid con el violinista Julio Francés y el violonchelista A. González, en el marco de un concierto dedicado íntegramente a sus obras y celebrado el día once de marzo.

El trío, dedicado a una de las grandes figuras de la historia de la música, Camille Saint-Saëns, gran amigo personal de Malats y Granados, se convierte en referente, aunque todavía hoy desconocido en el mundo de las obras para violín, violonchelo y piano. Una obra que podríamos catalogar de modernista y que a nivel técnico, estructural, formal y musical se encuentra muy por encima de aquellas obras coetáneas escritas por Granados, Bretón, Chapí y algunos otros.

Recordemos que Malats era un gran conocedor del género trío. Él mismo había hecho gala de interpretar en la misma velada cuatro tríos para violín, violonchelo y piano de Beethoven, Mendelssohn, Godard y Saint-Saëns junto a C. Flesch y Hasselmann el año 1894 en la Sala Érard de París.

Por lo tanto, no es de extrañar que Malats conociera a la perfección este género y que lo abordara con tanta confianza y seguridad, manteniendo un equilibrio y un diálogo perfecto entre los tres protagonistas a través de un sentido de la forma y la estructura magistral. Una obra muy rica a nivel tímbrico y armónico, que escapa al carácter nacionalista o costumbrista de otras piezas anteriores y que demuestra un acercamiento a Europa respetando su propio estilo personal que deja constancia de su huella y conocimientos.